Hacer tus propias alianzas a mano es una experiencia única y muy recomendable por muchas razones: puedes elegir el diseño tú mismo, sabes que serán piezas únicas, aprendes cómo se fabrican y, sobre todo, le coges un cariño muy especial a tu anillo. En mi caso, esto último fue el factor determinante. Hacer nuestras propias alianzas en el taller de María Grazia fue la forma perfecta de que mi marido creara un vínculo afectivo con su alianza que difícilmente hubiera generado con una comprada. No se la quita nunca. Además, el trato y la cercanía de María Grazia lo hace todo muy fácil y gratificante. Los dos disfrutamos muchísimo, una experiencia muy emocionante.