Cuando empezamos a buscar nuestras alianzas, teníamos claro como tenían que ser y con esa convicción nos presentamos a la puerta del taller. La elección fue rápida y lo de conocer a la persona que te va a crear con sus manos tus alianzas, resultó emocionante. Sin embargo, no te esperas unos días después, recibir una llamada de Maria Grazia diciéndonos: “He tenido una idea! ¡Vuestras alianzas las vais a hacer vosotros y yo os guío!” La idea fue genial y nos encantó, fue un día mágico, descubrimos un mundo nuevo, el arte de trabajar el oro es fascinante y Maria Grazia nos explicó que hacer en cada etapa del proceso. Cuando terminamos nos sentimos orgullosos y contentos de haber creado con nuestras propias manos nuestras alianzas. Fue una emoción única y ese día junto con el día de nuestra boda son parte de nuestros mejores recuerdos.